sábado, noviembre 04, 2006

Calaveritas pa la sapiencia.

Muerte me das miedo tengo muerte
todo porque muerte me eres muerte me tocas muerte me muerdes fuerte
muerte
Muerte hasta allá muerte de lejos mirada hasta dentro
muerte sin suerte la muerte y sus catalejos
muerte voraz
muerte sin más muerte sobre los tejos
muerte sin candela sin nombre y sin miedo
fuerte y fugaz
muerte que amaina la sombra en la alfombra de los huecos perplejos
muerte que asombras y mueres las sombras que nombras
sobre un débil prado de azulejos.

Muerte produces
muerte me hieres
muerte me fraguas me silbas me dueles cuando me quieres
Muerte abismal como
muerte sin dientes
Muerte conduces y cimbras los vientres
muerte que luego
muerte esclareces

desobedientes las trizas:
hoy el mar suda quieto y displiscente.
Muerte.


Muerte detente
resiente
cabildea esta corriente mi muerte:
Que no es mi hora ni el tintero
ni la aurora que he escogido
ni la paz la que es pudiente

No son tus tiempos ni mi gente es tu gente
Muerte
cociente gradiente envolvente:
No soy yo el que se quiere morir así de ausente
ni los lirios
ni el fuego
ni tus garras son tus dientes
Muerte
Solemnísima serpiente

No soy yo el que se va
ni soy yo el que resiente
es un par de riachuelos, quizás
o es un humo
o es otro de esos huecos que dormitan en la fuente

Y se va en agua el humo
y se olvida
y se escurre la gente
Mientras yo
mientras tú
mientras todos
terribles
se mienten.

No eres más, mi muerte
no eres nada
pues la muerte es silencio
y silencios doy siempre

No estás más
mi muerte
no eres más:
porque no eres princesa
ni al callar me haces fuerte

Perderás esta presa
te digo
temblarás muchas veces
y tus labios de higo
callarán sólo sierpes

Muerte humo
Muerte frío
Muerte vid sin amuletos:
Si morirse es ser tan quieto
mejor sólo espabila a los fuertes
y dame más, entonces
y dame fuego:

Pues es tu voz la que ruego
y tu espada es mi vientre
Ven conmigo, Muerte
sé castigo
sólo que antes sé indemne
y machuca el olvido:

Piensa atrás
te digo
piensa más
Porque es tuyo ese abrigo
del que nadie más vuelve.

Salvo tú, sobre el puente
salvo yo
el de tu ombligo

yo
el insolente
quien ahora es quien digo
y quien luego te miente.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Te he extrañado esta semana... mucho.

Priscila dijo...

Interesante como cada quien tenemos una idea distinta/fragil de la muerte. Muy interesante.

Saludos.

Por cierto, si puede darse una vuelta por mi blog se le agradecerìa.

Yohanna Jaramillo dijo...

Gracias......
Graciasss,,,
Gracias...
Pero tú, si eres muuyyy bueno... En serio.
Saludos ..

Anónimo dijo...

Pero me gustaria saberlo.

Remedios la Bella dijo...

jejeje.