martes, agosto 16, 2005

El después nunca es igual que el antes.

Su boca no sabía igual que las cumbres
o las estrellas.
Ni tampoco la piel era igual de suave que la retirada armoniosa
o que el alba llena de hambre.

No eran sus ojos iguales a ningún mapa
ni tampoco su sexo tenía el sabor floriturno de las perdices
ni el olor de las magnolias desveladas
ni la lágrima olvidadiza de los profetas abatidos.

No.
Todo era una vil y sanguinolienta mentira.
Incluyéndole a ella.

Y fue un hartazgo tanto forcejeo
y cansada la espera de todas esas lunas necias y belicosas y sedientas.
Su corazón, simplemente, jamás se presentó a la contienda
y así como él, todos los escuderos fueron prestos a lavarse
y se lavaron hasta los ojos en el cauce de sus presas.
y hasta las hundísimas cejas quedaron limpias antes de la huida
(y despavoridos trotaron los siervos de la estupidez y la agonía)
Peleles. Indignos. Maltrechos de hacer tanta nada.

No existe peor duelo ni peor talento.
No hay guiso más asqueante, ni liebre más alada.
La rendición anticipada es siempre el peor de los fracasos
y siempre el más hediondo de los lamentos.

Y es que, sencillamente, no deja lugar a palabras dignas de los memoriales
ni deja tampoco cuerda en los relojes
o algún otro pétalo de desesperanza en las gargantas de los niños
ni aguas ni charcos ni pantanos en el centro mismo de los arrozales.

La rendición es un mundo que inesperadamente duerme
para no volver
o despertar
o hacer cosquillas en los codos de las orquídeas.

La rendición se basta a sí misma
con solo gritar (estúpidamente): Basta.

Y ni el sueño estridente de los grillos le conmueve un poco.
Ella está para dormir.
Y duerme.
Y lo hace lamentándose
llorando hierba cual sudando atrocidades.
Infinitamente.
Sin llorar ni cojear banalidades
tal y como hacen los que
dicen
estar locos.

2 comentarios:

Lahetaira dijo...

dormir y olvidar la boca, los proyectos, las cumbres amorosas... qué desconsuelo es olvidar lo que sólo nosotros podíamos hacer real.

the drop dijo...

La rendición anticipada es siempre el peor de los fracasos
y siempre el más hediondo de los lamentos....