Conforme uno crece, se cree más inmune
los años se escurren entre peñascos y riscos y llanos y corientes
Y tú, sencillamente, te crees más inmune. Y además, lo eres.
Ya no te duele lo que antes, ya no morderías por ser el último bocado.
Y y a no te importa el hambre de nadie
Y ya tampoco crees en tu hambre tan a la primera
El hambre es psicológica: bingo. Lo has descubierto.
Ahora sí de los ahora sí, es que te encuentras desnudo.
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