Reflexión del Otro.
Ojos que miro como si no mirase nada
ojos que no miro y miro antojado
ojos que respiran y hablan y se quejan.
Los ojos
cliché que reconozco también
son los ojos del cielo
son los ojos del miedo
los ojos del hambre y de la resaca perpetua.
¿Cómo mirarías todas esas cosas sin esos ojos helados,
sin esos ojos tatuados de oscuridad voluntaria
formada tan tranquila en la fila de los ciegos
sin esos ojos oblicuos, imperfectos y tallados luego?
O la frase del siglo: Tus ojos.
Todos hablan de los ojos de otros porque no ven los propios.
Todos reparan en la mirada que desean, pues no alcanzan a ver la suya
(menos aun en los espejos)
En los espejos, la gente que mira
se engaña.
Alguien me lo dijo.
las cosas parecen mejores de lo que sin embargo también parecen.
(No parecen mejores de lo que son, porque lo que son no lo sabemos)
Es así que el acto de reflejar es la reflexión. Ajá.
La reflexión de mis ojos en un espejo es la misma que me hace escribir esto
esto mismo.
luego
entonces
mis pensamientos son reflexión y reflejo de alguna luz que los proyecta
(sobre alguna pantalla desconocida) pero
-incongruencia
terriblemente pensable-
no vale más ni que un arbusto
o una lagartija
o un querer atar lo que no se sabe.
Cómo pensar entonces que la sed
(la más profunda y desértica sed)
es menos reflejo o más reflexión
que la idea de beber hasta saciarse
(o que el acto mismo de engullir esa agua resucitadora)
hasta el mismísimo hartazgo o incluso más allá.
Cómo pensar entonces que “amar”
(Ese “amar” tan bolsa
tan lleno de reflexión (reflejo)
tan nada y tan enorme(sensible)
vale menos – o más –
que la idea de besar tu boca
o que el acto mismo de tu boca besando la mía
o que la historia enterita de todos los besos
cualesquiera que hayan y que se dejen escribir
y que llenarían cualquier reflexión hasta el delirio.
reflexión ser más que la imagen del espejo
o el espejo mismo ser más que superficie que devuelva luz y oscuridad
sonido y silencio
y cómo superficie puede ser más visible que el (supuesto) verdadero contenido?
Pero, gran paradoja, siempre ha estado equivocada
porque siempre que la vemos
describimos
adoramos
la hemos visto , finalmente,
en alguna suerte de espejo.
¿O no?
¿on O?
1 comentario:
ojos contra ojos, yo te digo: que de lo sentido nació lo visto, que de lo besado cayó cada palabra. Pura telepatía bloguera.
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