martes, diciembre 26, 2006

Preámbulo para Y Orden Número Tres.

Para Lucía y sus cuidadosas palabras

La vida no es mía
la vida no es maple
ni miel ni quejido
ni mosca traviesa
ni ser numerable

La orden que aspiro respiro y concibo
Resguardo imperfecto
implacable el aullido

Arrullo de lirio y arrullo delirios
me muestro un insecto
afable y carnívoro

Los cuencos los ojos
los dedos despojos
en sprint o en carrera
disparo es olvido

Trotando los sapos nos llueven
corbatas de trapo
cuentos sin fin
y sus dudas hilacho


Por el plan el gran plan el gran dulce el vil plan
quema emerge y retuerce y angustia y florece

breve azúcar ficticia
que nos flota y sumerge
luego el sable del tiempo nos cercena
y no muerde

no hay sorpresa sin ruido
ni pasión que no duele

Y ese plan guillotina
y su flan que no es viernes
no es un más y no es trino
y no es flor que convence

Y no es pudor ni sopor
que resiste
los ojos de musgo sin piel de florista

Tus faros de hierba reinventan el mundo
y no busco más pistas
ni tramos profundos

Es la savia la sabia
no rubia ni labia
ni dado de ciegos
ni abril ni el invierno

Pues no busca ni encuentra
ni se nombra ni encierra
y no es uñas ni lluvias ni prendas
y no es río de angustias
ni un libro de cuentas


Retaba a la vida que menos ansiaba
una vida mi todo
o una vida mi nada
una vida sin tregua
una vida sin calma
la molesta cosquilla de quien no espera nada


Mentí como sombra
y amé como hastío
y harto de la bruma rompí con el frío
Dejé las consignas
quebré mis caminos:
Me supe un imbécil y no busqué abrigo

Ya cerca del cero y sin nombrar "míos"
tu lengua imperfecta rompió mi albedrío
De nuevo la espada y de nuevo el colmillo
de bruces sin faldas
sin sol sin aviso
Tu aliento era causa
y mi voz tu apetito
bendita sorpresa que no manda avisos


Y pausando me ordeno la calma
y sin rabiarlo me entrego a un destino:
Donde concedo ser nada y me escurro en tu oído
donde repugno las coplas
y vomito este ritmo
Desdeño más rimas
no sé lo que digo
no tengo paradas
ni hago sentido:


Es la orden más cauta que jamás me haya dicho:
ver la paz en la lluvia
mirar luz sin cocuyos
respirar a mordiscos unos labios sin rumbo
Y esperar esperar entre lianas y juncos
el minuto más claro

cielo despejado
feliz aeroplano

torre de control tomando una siesta

Y un despegue:

minuto tan claro
minuto tan claro
minuto tan claro


que me deja ser tuyo.

miércoles, diciembre 20, 2006

Orden N{umero Dos

Rompe la cerca amarilla y desgárrate los trenes y los ojos y los faros de neón azucarado y pálido Muerde el cinturón y asómate entre los neumáticos como un gato de ficción salivándose a hurtadillas Yérguete sobre las nubes y el smog y aparécete en cielo cínico sin rencor y músico sin tranvías Conduce sobre el patio de las nubes y molesta a las palomas que aún estén dormidas Labra y ladra como un perro revoloteando entre los rascacielos Ordeña la lluvia y desdeña los ruegos y a sus fieles mancebos de la servidumbre plástica y oratoria de colegio Refulge y brama mientras le cuentas un cuento

Para eso estás hecho
Para eso estás ciego
Para eso es que no paras hasta acariciar el borde del eterno cenicero.

martes, diciembre 05, 2006

Blue or green

the greenish chants sing
and what they sing is merely a singular orchid
over a singular valley
under a circular darkness that widens the horizon
until nonsense

the greenish touch and the greenish flavor
the greeniest you've ever greened
and the smallest grin
all of them shout consciently while holding tight some reason

Grinding the gruesome gray into the greatest gratefulness
Gorgeous was the glory that you simply couldn't see


Is that you? On the corner of the cycle?
Listening to jazz only to drown yourself in worries?
Is that you?
Are you the one who's thinking why he always picks the blue?
Why does he always prefer to be blue, to live blue, to breathe the blueness of his babbling bestiality?

Save your grief. You haven't done anything. You can't give up on her. She's the orchid. The one that whispers calmfully.

And she's all. And she's green.
And she's not to blame, she's just showed up to live.

Let the jazz play
let it be, let it sound
That will only last for as long as your brains have vanished
and you're up again
and you feel mugged and unraveled

It's her green and not yours
it's her numbness and her quiet

You're only to comply
and to admit
and to love her, tremendously enough,
until you're quiet.