Atrás con las espadas
flor de mis hartazgos
atrás con las lenguas enredosas
y los trazos de verdad
y las ganas de matarse
Atrás y en ominosa retirada -escúchame-
porque mi piel resplandece en su metal de catarinas invencibles
y resguarda bajo si una debilidad que no conoce el infortunio
ni descubre de sí misma la más mínima tajada
Ponte lejos, dentellada
y mejor acicálate ese uniforme tan llano y tan tibio
ya mi carne se guarece sin permiso
y todo el tierno sortilegio se ha marchado
ya a contemplar el plenilunio
ya a reunirse sin remedio con los restos de la manada
Rendición es lo que esta rendición merece
silencios largos que se mastican como el caucho
lágrimas que no se noten
reposos que no digan más cosa que esta nada
En un tiempo donde todos viajan, llegan y vuelven, se convencen
mientras lo nuestro yace como el plomo
sin viaje boscoso y sin luz atemperada
lento como lentos van los muertos
y frío como frías se cimbran sus espaldas
Hay motivos que aniquilan el amanecer
así como hay sonrisas que lo guardan
Hoy renuncio, hoy sombrío
y hoy desconsolado me maldigo
mientras te vuelvo a esconder
bajo la cama.
jueves, octubre 05, 2006
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