los huertos que se esconden bajo el agua tibia
y yo que simplemente les mojo
las semillas que carraspean en cuclillas
y yo que simplemente les arrojo silentes
sobre las piedras
sobre las hiedras y sus dientes
y sencillas
Mientras tanto el agua en su mientras tanto
con cara de nube que empuja
con ruidos de nota o compás
o cosa ráuda
Agua en una danza sobre cuchillas
y luego gotitas riegan labios que rechinan
magros y sobrios y parcos
labios finalmente
atados.
Aquí entonces yace una tierra sin nombre
y aquí es que escancian las lluvias
aquí es todo lumbre de algodones calvos
y sí
aquí dormita ese roedor ominoso
al que atardece la milpa
y yo que me acicalo en algún otro turbio y débil reposo
y yo soy y me entumezco y juego al roto
sin yo y huerta -- yo sin mí
un otro y aparente
hortelano sin luz y olvido sin cosecha
Ni mapas ni mejores sombras:
yo te dibujo
sin motivo
y callo sin un luego
resoplo y reconmino:
Coman todos y hasta el sol
cobijen a su pobre y muerto frío
ya el arroz
ya el hambre mansa del estío
ya los nombres y los libros y las siembras hacen fila
mirales que se marchan sin hacer el menor ruido
¿A dónde es que huyen los profetas
tan todos y tan atiborrados,
a dónde es que se mudan tan sublevados
mientras se llevan mi camisa y mi destino?
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1 comentario:
Nadie huye, a veces es uno el que se estanca.
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