viernes, septiembre 23, 2005

Revisión de mi conducta. (I)

Hay veces que dejo olvidada a mi poesía.
Y no es que sea la mejor o la peor. Eso no importa.
La dejo olvidada, a la mía. A esa. Y dDuermo junto a sus chillidos. Persisto con todo y sus quejas.

Aunque siempre es contraproducente. Siempre llega el bramido.
Siempre me acabo enterando de lo mucho que le duele mi hartazgo.
Pinche poesía. Siempre tan enterada. Siempre tan monotemática y monogámica y fiel a mis tonterías.

Su culpa. Sólo suya.


Y entonces es que camino y de verdad creo en el sonido de todos esos lentos pero realísticos pasos.
Paso a paso. Tuc, tuc.
Los pies sobre el zapato, el zapato sobre el tapete, el tapete sobre el suelo, el suelo sobre todas las cosas, y todas las cosas por sobre todos los cielos.
Todas sonando bien aun si significando nada. Con eso basta. Paso a pasito.
Delirio a delirio. Sin fianza alguna.

Hay días que nadie te ama y aun así, respiras tranquilo.
Hay días que alguien te ama, y tú le quieres amar, aún sin un cómo, pero también, curiosamente, respiras tranquilo.
Hay días en que amaste y luego dejaste de amar. Y la mente ya se ha inmiscuido demasiado en todo lo que vives. Y te caga la madre. Y quisieras patearla hasta el carajo. Pero no puedes.
Te la enjaretas. La consideras. Lloras. Todo lo que quieres es seguir amando, sin explicaciones.
Y a veces puedes. Pero a veces, no.

Hay días en que crees haber amado. Sobrevives del recuerdo. Persistes gracias a tus propios inventos. Te alimentas de aire. Subsistes.
Esos días llevan la magia consigo.
Estás sólo, lo sabes. Pero nada esperas, también. Precisamente.

Y de pronto suenan las nubes, el chirrido del teléfono, el temblor de tus ganas:
BRRRRRRRing!

- Sí?
- Hola. Soy todo lo que ya olvidaste.
- ¿Sí?
- Sí. De verdad. Soy yo.
- Hola. Ta bien. Hablemos de todo lo que nos hemos perdido. It's now or never.

Y puta madre. Qué chingón resulta ver las cosas desde la distancia. Qué maravilla es usar binoculares. Todo parece tan controlable...

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