domingo, julio 17, 2005

La hora ahora.

El tiempo
hora por hora
(ora por mi ahora)
Oración oriunda
origen horadado
orden ordinario
hórdago
El tiempo, amor mío,
la hora
se viste de ahora
¿Horizonte horrendo?
¿Hortera la forma?
No sé.
No puede importarme.

No debiera existir el exilio
Mejor sería el calibre fosfórico del mundo
si nadie tuviera que huir de cuando en cuando.
Preferibles todas las calamidades
a la imagen de tu lengua cerrando la puerta por siempre.
Eso sí puedo jurarlo.

Las once son siempre
incluso si nos ausentamos de su llamado selvático y dejamos que lluevan gatos para siempre
No depende de nosotros.
El amor tampoco. Nada ni nadie salvo nuestro cada uno.
Los colchones no lloran.
Los alivios tampoco.
Los signos de puntuación siempre pueden dormir tranquilos.
La hora de nombrar las horas ha dejado el edificio.

La cuenta de los días se talla los párpados:
Salve, oh, cuenta de los días.
Finalmente desfalleces y además, generosamente
pues ahora es cuando logro respirar.
(Suspiro, exhalación humeante, chimeneas como almenas relajadas)

Termina una cuenta (comienza otra)
Pero esta vez, bendición de callejuelas,
mis pestañas no esperan ser ennumeradas cada noche.
Pueden reposar tranquilamente sobre los catres de su sueño.
Y
--------entonces
------------------así
----------------------sea.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

buenos vendajes

hortelano dijo...

Bah. Ni proyector ni momia, cabrones!

Anónimo dijo...

y cómo es ese mandado de qué dios?

puta la mano que me indicie un sentido que nosea el mio, puto el demiurgo que me nombre sin conocerlo, putas las lisonjas enumeradas en un manual de poesía, putos las tres reglas ortográficas que no respeto, puto ese crucifijo que me inclina por más cerveza -nunca a sus pies, siempre a los míos-. Si es de hombres creer en algo y seguir sus pasos, me alegra ser dios. y mujer.


salud Kristo