No hay ternura sin abismo, ni Dios sin vino.
Carlos Orujo
Carlos Orujo
Y aunque cuente unodostrés, la vida sigue siendo la misma.
Las casas siguen sin ojos
y las calles siguen mudas
y al tiempo seguimos sin importarle gran cosa, mejor así.
Y qué (o qué)
O qué importa lo posible
o quién pudiera mentir tan bien como para verlo todo.
Unodostrés: (Sí, adivinaste, es la cuenta de tus ojos no muertos)
pero más nada
No me salvan, ni quiero
Ni podría salvarlos (tampoco)
ni en mis pesadillas más inútiles e interminables
¿A quién le interesa salvar del mundo a nadie, hoy mismo?
Tus ojos a la carta (dos, para llevar)
Tus ojos prestados a las casas
y tu voz más histriónica prestada también a la ansiedad de todas esas calles
(calles que sudan de no poder decirte hola)
Tu boca momentánea y sin consecuencias: Nada más.
Nada de caminos, nada de promesas.
No quiero imaginar nuevas historias (lo juro)
Estoy cansado de ver cómo se derrumban siempre los naipes
Solo hace falta un soplo
Mejor pactar.
Nada de construir falacias: Ni hablar.
Que sean sólo tus ojos en préstamo
mirando sin lucrar, viendo sin motivo
Oyendo como todas las avenidas que te extrañan no pueden decir nada
sin reclamos
sin futuros
sin motivos mejores que esas blandas caídas sobre la ternura de los pájaros (o de los gatos, o de la niebla más insulsa)
Nada que no sea dormir ciegamente sin hambres parturientas.
(Acariciando el olor de tu pelo, si es posible)
Nada de infinitos.
Nada de futuros.
Nada de pijamas ni tampoco más de estas tontas sábanas sedientas.
Quiero dejar de querer contar siempre: unodostrés.
Quiero olvidar mis ganas de memorizarlo todo.
Sufro para que entiendas que no soy yo el que sufre.
Más nada.
2 comentarios:
quieres congelar ese instante en el placer de la mirada. ser divino, tierno, azorado. pero la vida transcurre...
muchos besos
Ta muy bien, pero no hables del sufrimiento en primera persona, recuerda aquel texto de Cohen, a nadie le importa las montañas que has escalado, seguro ellos ya lo hicieron antes, seguro subieron a cumbres más altas,sólo están sentados porque les interesa que les cuentes cómo las subiste (algo así decía).
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