viernes, marzo 31, 2006

El curso del verano (Trenes cada minuto)

Aguijón y pétalo
diente y bocado
libélula o mosca
montaña o colina o nomás
tras lomita
de tierra aterrado
sin pudor
sin querer
nada más
nada más queriendo se quiere

Aullido y fauce
polen caspa que te nieva sobre los colmillos
hay estaciones de tren como hay estaciones de frío
y de calor y de falsas digestiones
hay estaciones que son minutos
largas muertes causadas por estornudos súbitos
moqueos
pañuelos
narices rojas que duelen para siempre
hay memorias que se cansan del olvido
le destierran a las córcegas un viernes
y que vuelven del exilio mientras reptan
agachadas y silentes

Este ha sido un medio día de arcoiris
una tajada de vida en el borde de mis veintisiete millones de pestañeos
solsticio tomado por sorpresa
mientras él y el ecuador y las diez lunas de sus caras se bañaban juntas
en un estanque estacionado en el estío

Cinco meses
dice la tormenta
y mientras se acomoda ese nuevo peinado salino
cepillado por tanta incrédula marejada solista
en un verano que comenzó decembrino
sin partituras
pero repleto de sonidos

Cinco meses que debieran poder disecarse
(¿alguna de ustedes gaviotas
sería capaz de prestarme una red para mariposas?)
Quiero momificar mi sonrisa de ahora
quiero detener la prensa
levantar el dedo y que el microbús de la eternidad me de una vuelta
antes de que el otro tren aparezca
y en la valija donde lleva su estación -a todas partes-
se lleve tanto y tanto
tan hermoso y cadavérico ruido

Si en ese patio
dentro de ese otro zócalo en ruinas
sobre aquella mecedora de latón
delante de mi pánico
debajo de los rieles y los durmientes
está la señora muerte con su vestido de flores
le diré (y si no me alcanza, denúncienme)
confesaré todo
ya si amo mal o bien o en paz o a corcholatas y regañadientes
ya si creo en mis amigos o en la siembra o en mis tenues requisitos
ya si lo que me cuesta más que nada es negarme
repeler
jugar al que sabe ser asesino
Volveré a ser niño otro minuto
inabarcable
para morir sonriendo
y así volver a ser nadie.

jueves, marzo 16, 2006

fruto sin sol

los huertos que se esconden bajo el agua tibia
y yo que simplemente les mojo

las semillas que carraspean en cuclillas
y yo que simplemente les arrojo silentes
sobre las piedras
sobre las hiedras y sus dientes
y sencillas

Mientras tanto el agua en su mientras tanto
con cara de nube que empuja
con ruidos de nota o compás
o cosa ráuda

Agua en una danza sobre cuchillas
y luego gotitas riegan labios que rechinan

magros y sobrios y parcos
labios finalmente
atados.

Aquí entonces yace una tierra sin nombre
y aquí es que escancian las lluvias
aquí es todo lumbre de algodones calvos
y sí
aquí dormita ese roedor ominoso
al que atardece la milpa

y yo que me acicalo en algún otro turbio y débil reposo
y yo soy y me entumezco y juego al roto

sin yo y huerta -- yo sin mí
un otro y aparente
hortelano sin luz y olvido sin cosecha

Ni mapas ni mejores sombras:
yo te dibujo
sin motivo
y callo sin un luego
resoplo y reconmino:

Coman todos y hasta el sol
cobijen a su pobre y muerto frío
ya el arroz
ya el hambre mansa del estío
ya los nombres y los libros y las siembras hacen fila
mirales que se marchan sin hacer el menor ruido


¿A dónde es que huyen los profetas
tan todos y tan atiborrados,
a dónde es que se mudan tan sublevados
mientras se llevan mi camisa y mi destino?

sábado, marzo 04, 2006

Una danza por el fin de la semana (y el comienzo del destino)

No alcanzo a ver el final de la semana
lo juro
estiro los ojos hasta que me gritan basta
y luego tengo que perseguirme las pestañas que no escuchan nada
y se van por sí mismas a donde les da la gana

Labor de policia. Hambre de carnero.
Punto a punto impongo la ley que me expía de creer redondo el mundo
piedra a piedra reniego de mirarme la nuca tras pasar el horizonte
más allá
Traspasar lo fecundo
Pero ah, imbécil, de nuevo me pesco mientras redundo
y mi lengua de carnero se muerde sola hasta callarse lo sin nombre

¿Será que todo está previsto por los dedos del pavor?
¿Será que en el silencio brotan y emergen y se escuchan
de verdad
las heridas que enmudecen a los dioses?

Yo es que cuando callo me rostizo
calambres de erizo y flores sin tallo
no consigo habitar mas que el silencio de otro eco
sueño entonces
con manos y lirios entre sábanas que a su vez se esconden
me mastico solo
me miro la nuca, atrás del mundo
y luego la sodomizo
me estorbo me entumezco me muero y ya no me sobrevivo

No sé bailar pero quiero endulzarme las orejas bailando contigo
Contigo el que es ya no conmigo
Contigo lejos de tanta sombra y tanta luz de lámpara y sombrilla

Contigo que es con todos quienes escapan del ecuador
y el horizonte
y los polos imanes magnéticos poéticos paródicos de lo vivo

Ya estoy harto de mí y de Dios
y de vivir cosechando la borra que le crece en el ombligo
Quiero que se acabe la semana
y que me saque a bailar
a contrabajo tendido y solar
ese párpado volcánico que se guarda el infinito.

Que alguien tome su abrigo y lo cuelgue del perchero:
yo dejaré sentada a la razón
y el monstruo frustará al sinsentido

Hoy solo vamos a bailar
hasta que los pies nos den de aullidos